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Precaución y paciencia, necesarias en el corto plazo
MONTHLY INVESTMENT BRIEF
FEBRERO 2020
Laurent Denize,
GLOBAL CO-CIO &
GLOBAL HEAD OF FIXED INCOME
Para los inversores a largo plazo, las primas de riesgo siguen favoreciendo las acciones
¿Podría la epidemia del coronavirus estropear el ánimo de principios de año mucho más optimista en cuanto a una estabilización de la economía mundial? Desde luego. El brote de SARS de 2003 sugiere que el pánico acerca del coronavirus no remitirá hasta que el número de nuevos casos toque techo. Muchos comentaristas han establecido comparaciones entre la epidemia actual y la del SARS de 2003. El impacto económico fue breve. Aunque el crecimiento del PIB chino cayó al 3,4% en el segundo trimestre de 2003, subió al 15,7% en el tercer trimestre, es decir, una caída de aproximadamente el 1% en el conjunto del año. No es grave, salvo porque... la economía china representa actualmente casi el 20% del PIB mundial y el 40% del crecimiento, frente al 20% en 2003. Las cadenas de producción también están mucho más interconectadas, en un mundo que sigue estando muy globalizado a pesar de los intentos de Donald Trump de limitar los intercambios comerciales. En resumen, el coste en puntos básicos de crecimiento mundial podría ser mucho mayor de lo esperado y podría reavivar los temores de deflación o incluso de recesión de finales de 2018, sobre todo porque los bancos centrales tienen menos margen de maniobra y las valoraciones no dejan demasiadas alternativas. Entonces, ¿todo es negativo?
A medio plazo, siempre y cuando la epidemia se contenga en las próximas semanas, los mercados de renta variable probablemente volverán a subir. Esto se debe en parte a que el crecimiento mundial debería beneficiarse del efecto retardado de la bajada de los rendimientos de la renta fija y una mejora del sector industrial mundial gracias a una importante restitución de las existencias. Tampoco hemos de olvidar que la incertidumbre, importante factor de aversión al riesgo de los inversores, retrocedió considerablemente con la tregua en la guerra comercial y la adopción de un Brexit ordenado. Además, confiamos en que continúen los estímulos presupuestarios/de crédito en los países desarrollados, principalmente en Europa, puede que con un cambio de opinión del Gobierno alemán, presionado por los recientes acontecimientos externos. China también debería aportar su granito de arena. Su porcentaje del gasto sanitario sigue siendo muy inferior al de los países desarrollados, lo que llevará al Gobierno a aumentar el gasto social y a seguir añadiendo liquidez para respaldar su economía.
En resumen, de momento no hay motivos para que cunda el pánico. Pero, seamos realistas, el mercado prevé un fortale-cimiento de los resultados corporativos, un aumento de la inversión en bienes de equipo y una mayor disposición de los inversores a asumir riesgos. Este no es realmente el escena-rio previsto. Como mínimo, hay que protegerse contra un riesgo de una pandemia más prolongada que afecte a la economía durante un periodo más largo que los meses previstos. ¿Cómo? Tres pistas:
- Añadir duración en los países desarrollados
- Comprar volatilidad como protección contra las caídas
- Apostar por la calidad y los valores menos expuestos a los efectos macroeconómicos del virus (las telecomunicaciones, el gran consumo y el mercado inmobiliario)
Incluso después de algunas sesiones más inestables, la tensión no llevó los precios de las opciones a niveles excesivos. Ni mucho menos.
Es hora de ser prudentes, aún falta mucho para que termine el año y la asimetría de los perfiles de riesgo y remuneración no favorece asumir muchos riesgos. Para los inversores a largo plazo, las primas de riesgo siguen favoreciendo las acciones. Por tanto, podría ser conveniente empezar a pasar de la renta fija a la renta variable durante el periodo de tensión actual. Pero incluso ahí no debemos precipitarnos...