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En caso de dudas, nadie se desespera
MONTHLY INVESTMENT BRIEF
NOVIEMBRE 2019
Laurent Denize,
GLOBAL CO-CIO &
GLOBAL HEAD OF FIXED INCOME
Por tanto, les proponemos la estrategia siguiente: repartir las inversiones en los activos de riesgo
Cuando los mercados de renta variable han avanzado un 20% de media en todo el mundo y todas las clases de activos registran rentabilidades positivas, surge la eterna pregunta: ¿y ahora qué? ¿Recoger beneficios o mantener la inversión?
Análisis macroeconómico: mientras que los indicadores de actividad parecen estabilizarse tanto en China como en Estados Unidos o en Europa, los mercados podrían tener dificultades para afrontar lo que parece ser el fin de un ciclo de relajación monetaria sin precedentes. El mercado tendrá que lidiar con las persistentes disparidades de relajación en los países desarrollados y emergentes (30 pb adicionales de la Fed, 10 pb del BCE, etc.) y la realidad de las decisiones de los bancos centrales. Una vuelta a cero de las previsiones probablemente provocaría un repunte de los tipos a largo plazo y, por tanto, pérdidas de capital en la deuda pública.
La solidez del mercado laboral y la subida del índice ISM industrial constituyen una prueba adicional de que la economía estadounidense mantiene su buena forma. Si, como prevemos, el crecimiento mundial se estabiliza o incluso se acelera ligeramente (entre un 3% y un 3,4%), ya no será necesario bajar los tipos oficiales. Además, los bancos centrales están sin aliento y consideran que la política monetaria ya no puede seguir respaldando el crecimiento como en el pasado. Por tanto, en caso de dificultades, habrá que accionar las palancas de la política fiscal o presupuestaria. Es lo que podría suceder en 2020.
Análisis microeconómico: en EE. UU., los resultados del tercer trimestre sorprendieron al alza (4,86% de sorpresas positivas). En Europa, en general cumplieron las expectativas, bien es verdad que después de una importante revisión a la baja. Las empresas deberían beneficiarse de las mejores perspectivas de crecimiento, la relajación monetaria y la reducción de las tensiones comerciales. Las empresas sensibles a las variaciones cíclicas y los valores de mediana capitalización deberían ser los principales beneficiarios de esta tendencia a corto plazo. No obstante, las previsiones de los analistas siguen siendo mucho más elevadas y deberían frenar las rentabilidades resultantes del crecimiento del beneficio por acción. Por tanto, más que una gran dinámica de resultados, cabe esperar un crecimiento de los múltiplos de valoraciones (es decir, una reducción de la prima de riesgo) y unos índices de dividendos más elevados.
Flujos: el hecho es evidente: nunca antes un rally así había venido acompañado de tantas salidas de capitales de los fondos de renta variable. En caso de repunte de los indicadores económicos y una nueva reducción de los riesgos políticos, la subida podría sustentarse en una vuelta de los inversores, especialmente los institucionales.
Valoraciones: lo más fuerte es la incertidumbre. ¿Son caros o baratos los activos?
Entre los valores cotizados, solo las acciones contienen valor, con unos rendimientos implícitos de casi un 7%, en un entorno de tipos nulos o incluso negativos. El crédito puede ser una alternativa de carry interesante, aunque las primas parecen ofrecer menos valor absoluto y relativo.
Posicionamiento: a pesar de los riesgos a los que se enfrenta la economía mundial, los inversores deberían seguir sobreponderando las acciones con respecto a los bonos, en una cartera equilibrada.
En cuando a las divisas contracíclicas, es probable que el dólar estadounidense pierda fuelle, en un contexto de mejora del crecimiento mundial. La combinación de un mayor crecimiento y un dólar más débil podría impulsar los precios de las materias primas y favorecer a los mercados emergentes.
Por estilos, los sectores cíclicos deberían comportarse mejor a corto plazo que los sectores defensivos, sin que la rotación dure mucho.
Los tipos a 10 años se mantendrán bajos durante mucho tiempo, pero probablemente no caigan más. Aun en caso de una posible recesión, los planes de reactivación reflacionistas limitarían el efecto de «activo refugio».
Sin embargo, aun falta una fuerte señal macroeconómica para reposicionarse con más contundencia en la renta variable, a pesar de que los tipos suban ligeramente.
Por tanto, les proponemos la estrategia siguiente: repartir las inversiones en los activos de riesgo (actualmente, la renta variable) mensualmente, en paralelo al ciclo, con un horizonte mínimo a cinco años.