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2020 ‒ Resistencia y fragilidad

Perspectivas de mercado 16.01.2020


ESTRATEGIA DE INVERSION

ENERO 2020

 

Laurent Denize

Laurent Denize,
GLOBAL CO-CIO &
GLOBAL HEAD OF FIXED INCOME

En términos relativos preferimos los valores europeos. En concreto, los valores de pequeña capitalización franceses, que quedaron injustamente rezagados, siguen ofreciendo mucho potencial de revalorización.

Solo con que hubieran tenido el valor de invertir, los inversores difícilmente habrían cometido errores el año pasado. Todas las clases de activos importantes subieron. Sin embargo, a pesar del crecimiento de dos dígitos de casi todas las bolsas, los fondos de renta variable registraron salidas de activos en un entorno de mercado revuelto desde el punto de vista político, marcado por la disminución del crecimiento. ¿Qué lecciones podemos aprender para 2020 tras un 2019 que resultó mejor de lo esperado?

Estabilización del crecimiento: El año pasado, el crecimiento económico global se estabilizó a un nivel de aproximadamente el 3%, muy por debajo del 4% registrado en 2017, pero muy lejos también de la recesión que el mercado temía. Mientras que el crecimiento estadounidense apenas se redujo en los años posteriores, los datos de la zona euro y especialmente Alemania ?dependiente de las exportaciones y los coches? se comportaron mucho peor. Pero en este caso tampoco esperamos un mayor deterioro el año que viene. Aunque el viento de cola de la economía estabilizadora ayuda, los inversores aún tendrán que lidiar con un entorno de mercado débil en 2020. Hay cinco cuestiones especialmente destacables:

Más incertidumbre por el proteccionismo: la guerra comercial de Donald Trump ha incrementado los costes comerciales mediante aranceles, aunque como se esperaba no ha logrado su objetivo declarado de reducción del déficit comercial extranjero. A pesar del acuerdo de Fase 1 alcanzado a finales del año, EE. UU. va a mantener una política comercial errática y a tratar de frenar a China como potencia emergente, lo que afectará al entorno de inversión mundial en los próximos años. 

Respaldo de la política monetaria: como respuesta a la creciente incertidumbre política, la Fed dio un vuelco a su política monetaria, medida que siguieron otros bancos centrales, como el BCE. Tras tres recortes de tipos de interés en 2019, el banco central estadounidense probablemente se contenga durante el año electoral 2020. A pesar de la política monetaria sumamente flexible, la inflación se ha mantenido baja a ambos lados del Atlántico. Pero, debido a factores internos como las subidas salariales y externos como el aumento de los precios de importación, esperamos que la inflación repunte antes o después.

Solidez a nivel interno: mientras que los sectores industriales dependientes de las exportaciones siguen viéndose afectados, a pesar de los leves indicios de recuperación, los sectores de construcción y servicios se ven favorecidos por el bajo desempleo y los bajos tipos de interés.

La situación en Alemania: el modelo económico alemán, muy dependiente de las exportaciones, está llegando a sus límites. Hay dudas de que esto vaya a permitir impulsar una mayor integración de la UE o inversiones de cara al futuro.

Fragmentación política: los sistemas consolidados de dos partidos están siendo sustituidos por un panorama político más fragmentado. Esto no tiene por qué beneficiar necesariamente a los partidos populistas, pero la incertidumbre también está aumentando en este caso.

Renta fija: con el impulso de los programas de compras del BCE y la huida hacia la seguridad a cualquier precio, todos los segmentos del mercado de renta fija vivieron un auge en 2019. Por tanto, el potencial de nuevas ganancias en 2020 es bastante limitado. La oferta de papel investment grade es escasa, debido a las compras de los bancos centrales y las entradas de capital que reciben los fondos de renta fija, lo que debería sostener los precios. En el segmento high yield, se espera un aumento de los incumplimientos crediticios, aunque es probable que sigan en niveles bajos gracias a la estabilidad económica. Creemos que el papel investment grade sigue ofreciendo valor. Desde el punto de vista táctico, en el segmento high yield preferimos los bonos con calificación B, ya que siguen teniendo un gran potencial de recuperación.

Renta variable: de acuerdo con los criterios tradicionales (como el precio-beneficio de Shiller), las acciones estadounidenses presentan valoraciones elevadas, por lo que ya no tendrían mucho potencial alcista. En consecuencia, en términos relativos preferimos los valores europeos. En concreto, los valores de pequeña capitalización franceses, que quedaron injustamente rezagados, siguen ofreciendo mucho potencial de revalorización. 

Capital riesgo (private equity): este sector también vivió un año excelente. La tendencia a la retirada de los mercados bursátiles seguirá favoreciendo a este sector el año que viene. Sin embargo, dadas las elevadas valoraciones y el alto precio de los acuerdos, el mercado secundario ofrece un perfil de riesgo y oportunidad más atractivo.

Nuevas maneras de invertir, la inteligencia artificial y la inversión sostenible: actualmente es fundamental replantearse la forma en que invertimos.
El análisis de las carteras mediante inteligencia artificial per-mite anticipar las principales tendencias de los próximos años e identificar las empresas más prometedoras.
Profundamente integrado en el proceso de inversión, el análisis de los criterios ESG permite un mayor conocimiento de las empresas y un estudio más detallado de los riesgos que no ofrece un enfoque tradicional (clima, reputación, etc.). Ambas tendencias proporcionarán a los inversores a largo plazo enormes oportunidades de inversión en los próximos años.

Resumen: en pocas palabras, preferimos la renta variable a la renta fija, Europa a EE. UU. y el tamaño (pequeña capitalización) al momentum. Lo que podría echar por tierra nuestro escenario es sobre todo un repunte inesperado de la inflación, con una subida de los bonos, lo que repercutiría en las valoraciones de las acciones. Podrían estallar rápidamente crisis geopolíticas con consecuencias imprevisibles. El mundo será frágil, por lo que nuestras estrategias de inversión deben ser flexibles. 

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